Desde que era muy pequeña los animales han sido una parte fundamental de mi vida y solo con compartir tiempo y espacio con ellos, me han procurado felicidad. Mi padre me enseñó a amarlos. Me he pasado horas contemplando el vuelo de las golondrinas, y he criado y enseñado a volar a las que caían de los nidos. He acogido a palomas, tórtolas, gatos, canarios, caracoles y periquitos huidos. Y tengo muy clara mi posición en cuanto al respeto y defensa animal, que podéis leer aquí.
También he decidido ayudarles con sanación energética (Flores de Bach y Reiki), y aprender un poco más de ellos mediante la comunicación animal*.
Suscribo, pues, cada una de las palabras de María del Pilar Zamarra:
“La comunicación con Animales, marca un antes y un después en tu vida, como le pasa al cuidador que aparece en el vídeo. Puedes llevar años junto a los Animales, amándolos, entendiendo su manera personal de comportarse, considerándolos almas únicas… y un día esa conexión te aplasta, te das cuenta de veras, ya nada es lo mismo. Comienzas a respetar la vida de otra manera. A entender la muerte con calma aunque la pena cuando parten sea inevitable. Son muchos regalos los que ofrece.”
Establecer comunicación con otro ser vivo es algo natural, bello y necesario para comprenderse y buscar la felicidad mútua. Cuando somos pequeños y hemos crecido en un entorno liberador y creativo, lo hacemos constantemente y sin cuestionarnos la utilidad o la posibilidad de entendernos con aquellos que nos rodean, independientemente de la especie.
Un Animal Communicator es una persona que ha aprendido a recuperar la capacidad de escucha que todos poseemos de manera natural, consiguiendo transmitir los mensajes emitidos por los animales, con el fin ético de mejorar su calidad de vida y la de su familia. Nos guste o no, ellos trabajan con el sutil tejido emocional y psíquico de un modo magistral. Y tienen mucho que decirnos, sobretodo cuando no están cómodos en el entorno, se encuentran enfermos o están cerca de su muerte. Evidentemente, tendremos en cuenta la opinión veterinaria y la etología para ayudarles debidamente.
“Los animales tienen una vida sentimental muy profunda. Son mucho más de lo que se piensa, y no deberían estar encerrados en los zoos ni se deberían hacer experimentos con ellos. Cuanto más te metes en sus mentes, más compasión sientes hacia ellos y hacia los otros humanos, porque ves los sentimientos en estado puro; los animales no tienen dobleces”.
Como hemos visto es muy importante comunicarnos con los animales, verbalizar nuestros sentimientos e intenciones, y así implicarles de una manera más tierna y directa, como ellos se muestran con nosotros. Escribe Olga Porqueras: «Cuando estamos con un animal normalmente le hablamos e incluso compartimos cosas con él. El problema es que no le escuchamos. Formarse como Animal Communicator te permite recordar, sintonizar con la frecuencia universal del lenguaje. De esta forma puedes oír.»
No es nada más que la teoría vibracional: aunque creamos que no llega, no se entienda, no nos comprendamos (aparentemente), la intención, la emoción y el acompañamiento, llegan y dan sus frutos. Si recientemente los médicos animan a que los familiares de personas que están en coma hablen con ellos para que sientan, en alguna capa de su extraviada conciencia, su compañía y amor, cuánto no podemos hacer por nuestros hermanos en este planeta desde la empatía y la comunicación.
Como los niños o las personas con especial sensibilidad, nuestros compañeros actúan de espejo, absorben tristezas y moods y pueden llegar a debilitarse si la energía sutil que envuelve el microcosmos hogareño está densa o agotada. La enfermedad es una clara respuesta física a un entorno hostil, triste o saturados de impotencias. La comunicación con ellos también nos ayuda a comprender mejor sus necesidades, anhelos de felicidad y deseos personales. Cada animal despliega su personalidad y su modo de relacionarse con nosotros y con su entorno, y le afecta (somatiza incluso) de diferente forma aquello que vive o percibe. Cuando comunicamos con ellos, las respuestas que nos ofrecen son limpias, directas y sin trampas psicológicas.
“Si hablas con los animales ellos hablarán contigo y os conocereis mutuamente. Si no hablas con ellos, no los conocerás. Y lo que no conoces lo temerás. Lo que uno teme, uno lo destruye”.
Chief Dan George, líder de los Tsleil-Waututh, Columbia Británica (1899-1970).
Consulta el código ético que respeta un Animal Communicator profesional. Recordamos que la comunicación no sustituye otras opciones terapéuticas, si no que las complementan, y que debemos consultar al veterinario cuando se trata de la salud y la seguridad de nuestros animales de familia. ¡Ellos son lo primero!. Del mismo modo, hay excelentes profesionales de la educación en positivo que pueden ayudarnos de un modo constructivo y agradable.
Las esencias florales ayudan a que los mecanismos de sanación emocional se activen ayudando a recuperar la armonía y el equilibrio. El Dr. Edward Bach, médico y bacteriólogo, descubre en los años 30 el uso terapéutico de 38 extractos naturales de flores y plantas silvestres. Los patrones vibracionales que se atribuye a cada una de las esencias trabajan diferentes desequilibrios emocionales, actuando como agentes de armonización para ayudar a crear un estado de equilibrio responsable.
En el caso de los animales, las flores resultan complementarias a los cuidados veterinarios y etológicos, mejorando los desquilibrios emocionales que afectan a la conducta, la salud o la convivencia familiar. Mejora la calidad de vida tanto del animal como de su núcleo afectivo humano.
Como afirma la veterinaria natural Mercè Giménez, con una dilatada experiencia profesional: «Las Flores de Bach no nos traen más que satisfacciones. Y sobre todo, nos hacen observar la totalidad del ser, buscando la sanación de sus emociones, de su estrés, de su ansiedad, de manera global, e incluso llegando a apoyar a los animales enfermos, para una vida mejor.»
Esta agradable técnica posibilita el restablecimiento del equilibrio integral (físico, mente/emoción y espíritu) a través del delicado tacto ejercido sobre puntos clave del cuerpo. No tiene contraindicaciones, es altamente relajante y no precisa estar sin ropa o prepararse especialmente. Su uso también se ha extendido en centros de salud, plantas de oncología y hospitales generales para proporcionar alivio, vitalización y acompañamiento a las personas que lo necesitan. Asimismo, es una preciosa herramienta para ayudar a la integración, recuperación y reequilibrado de animales de familia, animales en libertad o que se encuentran en veterinarios, refugios y protectoras.
Si quieres concertar una sesión terapéutica para tu animal de familia escribe a info@lapapisajuana.com o rellena el formulario de contacto:
*Recordamos que estas técnicas naturales no sustituyen otros tratamientos, si no que los complementan, y que debemos consultar al veterinario cuando se trata de la salud y la seguridad de nuestros animales de familia. Ellos son lo primero 🙂
«- Cuál es el sentido de la existencia?
– Ayudar a nutrir la vida en todas sus formas, de modo que florezca en todo su esplendor, ya sea una vida humana, animal o vegetal.
Celebramos, honramos, acompañamos y apoyamos esa vida mediante la profunda conexión amorosa e íntima con otro ser. A través de sintonizar con el otro, sea de la especie que sea, escuchando, aprendiendo y repondiendo en una maravillosa danza.»Dr. Susan B. Eirich, Earthfire Institute