La Papisa Juana

Tarot y práctica chamánica Queer: empoderamiento, respuestas y sanación.

Paradoja de Abilene.

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Una calurosa tarde en Coleman, Texas, una familia compuesta por un matrimonio y los suegros se hallaba jugando cómodamente al dominó a la sombra de un porche. De repente al suegro se le ocurre proponerles un viaje a Abilene (ciudad situada a 80 km.), y la mujer dice: “¡Sí, qué gran idea!” (pese a tener reservas porque el viaje sería caluroso y largo, pensando que sus preferencias no comulgan con las del resto del grupo). Su marido dice: “A mí me parece bien. Sólo espero que tu madre tenga ganas de ir.” La suegra después dice: “¡Por supuesto que quiero ir. Hace mucho que no voy a Abilene!”

El viaje es caluroso, polvoriento y largo. Cuando llegan a una cafetería, la comida es mala y vuelven agotados después de cuatro horas. Uno de ellos, con mala intención, dice: “¿Fue un gran viaje, no?”. La suegra responde que, de hecho, hubiera preferido quedarse en casa, pero decidió seguirlos sólo porque los otros tres estaban muy entusiasmados. El marido dice: “No me sorprende. Sólo fui para complaceros a todos”. La mujer dice: “Yo acepté ir porque pensaba que os haría felices. Tendría que estar loca para desear salir con el calor que hace”. El suegro después refiere que lo había sugerido únicamente porque le pareció que los demás podrían estar aburridos.

El grupo se queda perplejo por haber decidido hacer en común un viaje que nadie entre ellos quería hacer. Cada cual hubiera preferido estar sentado cómodamente, pero no lo admitieron entonces, cuando todavía tenían tiempo para disfrutar de la tarde.

Jerry B. Harvey, 1988: The Abilene Paradox and other Meditations on Management

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Esta entrada fue publicada en 15/08/2016 por en Crecimiento, Educación, Entradas de Blog, Sin categoría y etiquetada con , , , , , , .
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