Cada vez que H. hace algo nuevo que la saca de su círculo de confianza,su primera semana de atletismo, el cursillo de verano de piragua, un cumpleaños con niñ@s que no la conocen, un/a profesor/a o alumn@ que se incorpora al colegio…, siempre, y recalco el siempre, acaba escuchando algún comentario despectivo sobre su color de piel. No falla. Nunca. Muchas veces esos comentarios se hacen delante de aldult@s que no hacen nada por corregir o reprender a quienes l@s hacen cuando no son ell@s directamente l@s responsables de decirlos.
El racismo es real, nos rodea, a veces es virulento, como cuando H. tiene que oir que su piel es del color de la mierda. otras veces es estúpidamente pacato, como cuando alguien dice «negrita» o «de color» como si el resto de nosotr@s fuésemos traslúcid@s como el agua.
Hay familias en el colegio de H. que dicen que…
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